El ácido hialurónico es un componente presente de forma natural en nuestras articulaciones, nuestros cartílagos y nuestra piel.
En la década de los 90s, comenzó a utilizarse en tratamientos estéticos por su extraordinarias propiedades antiaging.
1. Hidrata. Gracias a su capacidad de absorción es un poderoso ingrediente hidratante. Además, ayuda a que esta hidratación se mantenga, por lo que su efecto es aún mayor.
2. Ayuda a la creación de colágeno. Promueve la creación del colágeno que sostiene nuestra piel y le ayuda a dar soporte.
3. Rejuvenece la piel. En el envejecimiento de la piel hay una pérdida significativa de la producción de ácido hialurónico. Por lo tanto, al aplicarlo de manera externa, nos sirve para aportar hidratación y elasticidad a la piel y así mejorar su aspecto.
4. Reduce las arrugas. Rellena nuestra piel y le da volumen, lo que ayuda a reducir las arrugas. La manera más efectiva es cuando se infiltra.
Algunas de las indicaciones para los rellenos de ácido hialurónico son: mejorar la estructura facial, perfilar la nariz, atenuar las ojeras, voluminizar los labios, proyectar el mentón, rejuvenecer las manos, tratar cicatrices de acné y dar hidratación al rostro.
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