El tratamiento con toxina botulínica tipo A tiene como objetivo el rejuvenecimiento del rostro. El cual no solo elimina arrugas de expresión sino que aporta una mirada descansada y fresca.
Se realiza mediante mínimas infiltraciones bajo crioanestesia (anestesia a base de frío).
Es importante que durante las 4 horas posteriores al tratamiento, no se toque la zona tratada. Además, no se puede realizar actividad física por ese período de tiempo. Posteriormente, puede volver a sus actividades diarias. No requiere de reposo.
Tiene un inicio de acción de 3 a 5 días. La duración del efecto varía en función de cada persona, pero por lo general dura de 4 a 6 meses.
La toxina botúlica también es usada en el tratamiento de la hiperhidrosis, es decir en personas con una sudoración excesiva en axilas, manos o pies. Con ella se logra disminuir la actividad de las glándulas sudoríparas.
La aplicación de toxina botulínica rara vez produce efectos adversos, pero es muy importante que este tratamiento sea aplicado por un médico conocedor de la anatomía facial.
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